Llegó el momento, incluso antes de lo que pensaba. Muy de pasada, ya que no dispongo del tiempo necesario, pero es que además casi todo ya lo he ido diciendo en otras ocasiones precedentes. Queda claro que el problema que impedía el crecimiento de una derecha populista en España era la cuestión territorial. El 155 eliminó el obstáculo. Otros análisis al respecto han pecado de optimistas y de ingenuos, por lo que se cumple lo que venía señalando. La segunda cuestión está por ratificar. Por no citar de nuevo a Trump, le sacaremos lustre ahora a Bannon. El contexto andaluz permitía obviar la contradicción restante en el nacionalismo fascista español: el nuevo emplazamiento internacional que les toca no es europeísta. Y ahí sí tengo mis dudas sobre cómo pueden encajar el discurso que procede si quieren crecer en la misma proporción. En cualquier caso, quienes se rasgaban las vestiduras contra los populismos y abominaban de Trump van cambiando de chaqueta. Dicho estaba.